Este episodio se sitúa en una realidad alternativa donde casi toda la gente tiene un chip al que llaman ''grano'' implantado detrás de su oreja que les permite guardar todo lo que hacen y ven. Gracias a este grano, pueden revivir cada momento tanto en su mente como en una pantalla para compartirlo con otras personas.Liam es el protagonista del capítulo, que tras hacer una entrevista de trabajo no muy exitosa acude a una cena en la que se encuentran amigos de su esposa Ffion. Durante la cena, Ffion se ríe exageradamente de las bromas sin gracia de Jonas, un antiguo novio suyo, y hace sospechar a Liam de que algo está pasando entre ellos.Liam y Ffion llegan a casa y lo primero que hace él es preguntarle por Jonas. Quién es, de qué lo conoce, y por qué sólo ella se ríe de sus bromas. Ffion evita el tema e incluso le miente acerca de su relación, pero Liam no para de repetir una y otra vez las imágenes de la cena y mostrárselas a ella. La discusión se convierte en reproches continuos enseñando recuerdos.Tras una breve ''reconciliación'' en la que tienen relaciones sexuales visionando relaciones anteriores más satisfactorias, por la mañana, Liam conduce borracho a casa de Jonas y le exige que borre todos los recuerdos que tiene de Ffion. Más tarde, revive la pelea y se da cuenta gracias a un exhaustivo examen de sus recuerdos de que Jonas y Ffion tuvieron su última relación sexual hacía dieciocho meses, justo cuando su hija fue concebida.Liam no duda en dirigirse a su casa para reprochárselo a Ffion, aunque ella le insiste en que sólo fue una vez, cuando Liam y ella habían discutido. También insiste en que utilizaron condón por lo que la niña era de él. Pero Liam no se fía de ella y le obliga a enseñarle sus recuerdos, y tras un intento fallido de borrarlos, finalmente Liam ve por fin lo que pasó exactamente ese día. Tenía razón.
Al final del capítulo se ve a Liam deambulando por la casa solo, y atormentado por sus recuerdos, se dirige al baño, donde se quita el chip con una cuchilla.
El capítulo en un primer momento puede darte ganas de tener un grano como ese en nuestro día a día. Pero sin duda la opinión cambia a medida que pasa el capítulo, o por lo menos la mía.
Desde el primer momento se ve a Liam un poco ''susceptible'' al grano que lleva. No para de repetir la entrevista de trabajo de la que ha salido, se muestra incómodo cuando un guardia tiene que revisar sus recuerdos para dejarlo pasar, hace que se sienta obligado de alguna manera a compartir recuerdos con la gente y llega a volverlo totalmente inseguro y desconfiado de todo lo que lo rodea. Se acaba volviendo loco, con su vida destrozada y arrancándose el grano.
Realmente el grano hace tener un control total no solo de tu vida, si no también de las demás.
También se toca un tema actual que es el control que sufren muchas personas por parte de sus parejas, pidiendo explicaciones por todo, sabiendo cada cosa que hacen y revisando mensajes, whatsapps o cualquier tipo de interacción con otras personas. En el caso del capítulo, Liam acaba teniendo la razón al desconfiar de su mujer, pero en ningún caso creo que sea esa la intención del capítulo.
¿Qué tiene de bueno y de malo poder acceder a nuestros recuerdos y experiencias pasadas en cualquier momento?
Aunque, como ya escribí al principio, puede parecer una idea estupenda el poder revivir todos tus recuerdo y experiencias nada más empezar a ver el capítulo, cuando acabas de verlo para mí ha quedado claro que no querría vivir así.
Es una manera de controlar tu vida y la de los demás, de hacerte inseguro, de provocar conflictos e incluso obligar a otras personas a mostrar lo que no quieren. Es una manera de no poder olvidar.
Una vez más, creo que Black Mirror no deja indiferente a nadie y sigue dando que reflexionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario